Palabras de INL Director Glenn Tosten
“Operación Segundas Oportunidades”
April 27, 2017
Buenas tardes estimados colegas de la Dirección General de Centros Penales, programa Yo Cambio, amigos en la sociedad civil, ConTextos, Torogoz, Catholic Relief Services y la Universidad Centroamericana, que hacen este proyecto llamado Segundas Oportunidades. Quiero darle una bienvenida especial a League, una empresa con excelente visión que ha hecho este proyecto posible.
Este compañerismo demuestra la larga amistad que tenemos entre El Salvador y los Estados Unidos. Trabajando juntos podemos dar segundas oportunidades donde no existían antes. Esto da más fuerza a la economía salvadoreña y al mismo tiempo reduce la inseguridad, parando la puerta rotatoria de las cárceles.
Me siento muy emocionado de estar aquí ahora. Como director de la Oficina de Antinarcóticos y Aplicación de la Ley en la Embajada de Los Estados Unidos, trabajo con socios salvadoreños en la Policía, en la Fiscalía y también en centros penales. Con ellos estamos tratando de abordar algunos de los problemas más difíciles que este país tiene: pandillas, homicidios y extorsiones.
Construir un Estado de Derecho es un proceso largo, a menudo sin reconocimiento, incluso cuando se alcanza el éxito, como cuando se captura a un asesino o se desmantela una clica. Estamos en el inicio de esta lucha. Lograr tener un sistema de centros penales justo y humano es siempre el reto más grande de todos. El Salvador enfrenta un tremendo reto con su sistema de prisiones: hay una sobrepoblación del cuatrocientos por ciento, aún no se ha logrado clasificar y alojar a los privados de libertad en riesgo, y las redes de pandillas que se han afianzado en el sistema y que reclutan nuevos miembros y deereehen crímenes desde dentro de las prisiones, no deja que nuestros colegas en la Dirección General de Centros Penales cumplan su misión. Tienen la responsabilidad de manejar las prisiones profesionalmente y, al mismo tiempo, la de proteger a los salvadoreños de criminales peligrosos. Es una tarea difícil y con la tremenda presión bajo la que se encuentran, no podemos esperar que hagan lo imposible.
Necesitamos menos personas en prisión. Esto no significa dejar libres a los criminales. Significa trabajar con la población de prisiones para identificar los que merecen una segunda oportunidad, y los que harán que esa segunda oportunidad funcione.
Yo visita League hace un año. Rodrigo y su equipo fueron las primeras personas que conocí y tenían una idea clara de cómo debe ser una segunda oportunidad. League no tiene miedo de dar una segunda oportunidad a ex-convictos y miembros de pandillas. Tampoco los juzgan por las malas decisiones que hayan tomado en su vida. Los resultados son claros. Los empleados en League están comprometidos con mejorar sus vidas. Este modelo de invertir en personas da los recursos y apoyo necesario para aprovechar una segunda oportunidad al máximo. League cambió la manera como yo veía los retos en seguridad en El Salvador. Antes de visitar League, yo había tenido la oportunidad de hablar con muchos presos. Veía desesperación en sus ojos y oía miedo en sus palabras. Pude notar lo contrario en las personas a quienes se les otorgó una segunda oportunidad en League. Optimista es la mejor palabra que describe como me sentí después de visitar League.
El trabajo que hemos hecho con CRS y Torogoz para identificar como debemos apoyar, promover y expandir este modelo para invertir en las personas está dando frutos en este proyecto que es clave ay importante. Este proyecto ayudará a lograr que quienes merecen una segunda oportunidad tengan precisamente eso. Sabemos que este proyecto por sí solo no va a solucionar todos los problemas de seguridad de El Salvador. Pero, si tenemos éxito comprobando que algunos privados de libertad en El Salvador, ay incluso miembros de pandillas pueden regresar a la sociedad con una segunda oportunidad, entonces podemos empezar un cambio cultural transformador. Debo admitir que al principio me sentía escéptico. Pensaba no había más opción: si alguien cometía un crimen, iba a prisión. Que era imposible sacar a alguien de ese ambiente.
Pensé que la juventud que se unía a las pandillas en El Salvador estaba perdida para siempre. No me gustaba pensar en toda esa gente encerrada en cárceles sobrepobladas. Pero no me imaginaba una alternativa. League, CRS y Torogoz me convencieron que, de hecho, sí hay otra manera. Hay un proceso y sistema de apoyo que en verdad puede transformar la vida de las personas. Lo que es más, yo he visto funcionarios en Centros Penales convencidos que las personas que ellos vigilan también pueden cambiar. Son hombres y mujeres valientes que enfrentan estos retos todos los días.
Si nosotros nos podemos convencer, entonces todo El Salvador se puede convencer también. Podemos ayudar a una pequeña población este año si le damos una segunda oportunidad a 150 personas. Pero la esperanza más grande de este proyecto es ayudar a más personas a entender que es posible cambiar. Para convencer a más empresas para que den oportunidades de trabajo; para convencer a más jueces que tengan compasión y sean creativos en sus sentencias; para convencer a mas ONGs, escuelas e iglesias que trabajen con esta gente y que les den el apoyo necesario y así puedan comenzar de nuevo. Estamos aquí para ayudar a las personas. Pero también estamos aquí para mostrar que ellos también merecen esta ayuda. De esta manera, abrimos camino hacia el cambio, el cual otros podrán seguir en el futuro. Todos merecen una segunda oportunidad. Es nuestra responsabilidad de ver cómo.
Muchas gracias.