Palabras del Embajador Ronald Johnson en la Colocación de Primera Piedra del Bypass entre Carretera a Sonsonate y Carretera a Santa Ana
18 de diciembre de 2019
Estoy muy alegre por poder estar aquí con ustedes, especialmente porque al estar en el último año de implementación de este convenio, estamos viendo los resultados de años de trabajo preparativo. Y está claro que estos proyectos están mejorando de manera muy visible las vidas de los salvadoreños. Fomilenio II es una muestra del tipo de cooperación que representa los valores del Gobierno de los Estados Unidos: que pone en primer lugar las necesidades de El Salvador y sus habitantes, que garantiza la transparencia y que es liderada por los salvadoreños.
Este día damos inicio a una inversión de $30 millones para la construcción de este bypass que permitirá agilizar el tránsito entre Sonsonate y Santa Ana. Como todos sabemos, el tiempo es dinero, y estimamos que esta obra resultará en un ahorro para El Salvador. Además de los casi 500 empleos directos en construcción que resultan de este proyecto, también se suma la inversión privada de $34 millones que servirá para expandir sus operaciones y creará al menos 500 nuevos empleos. Mil salvadoreños verán nuevas oportunidades de trabajo digno, y podrán sostener a sus familias gracias a esta colaboración. Subrayo este punto porque es importante entender los principios fundamentales de nuestra manera de invertir.
Primero, en proyectos bien pensados y planificados, transparentes, que dan beneficios a las comunidades salvadoreñas, Segundo, dan empleo a los salvadoreños, y tercero, que buscan el desarrollo a corto y largo plazo de El Salvador. No todos operan asi, pero pueden confiar en que Estados Unidos honra sus compromisos.
Este proyecto es parte de los $277 millones invertidos por el Gobierno de los Estados Unidos a través de la Corporación del Reto del Milenio.
Cuando alguien me pregunta por qué Estados Unidos ha invertido en El Salvador más de dos mil millones de dólares en un poco más de una década, mi respuesta es sencilla. Es porque la relación que compartimos con El Salvador es diferente a la que tenemos con muchos otros países y de la que El Salvador tiene con los demás países del mundo también. Más del 20% de los salvadoreños en el mundo viven en los Estados Unidos. Y cuando he ido a Washington, siempre hay un salvadoreño que me reconoce y me pregunta por El Salvador. Más que la diplomacia, nos une nuestra gente, las familias salvadoreñas que, aun si son de segunda o tercera generación, siguen identificándose como salvadoreños. Es más, la semana pasada fue el Día del Salvadoreño en Estados Unidos. Creo que esto deja muy claro el tipo de relación que compartimos como países aliados.
Estos lazos, que hemos tenido por décadas, que trascienden generaciones, son los que nos unen y fortalecen las relaciones entre nuestros dos pueblos. Y esto significa que lo que sucede en El Salvador afecta directamente a los Estados Unidos, y lo que sucede en Estados Unidos afecta directamente a El Salvador. Cuando apoyamos a El Salvador, estamos apoyando a Estados Unidos también. Esto es algo que nunca perdemos de vista, y es una amistad que buscamos celebrar en cada oportunidad que tenemos.
Estos vínculos han guiado nuestros esfuerzos de cooperación desde hace más de cinco décadas.
Sabemos que los retos que ustedes enfrentan no tienen soluciones sencillas. Pero también sabemos que para resolverlos hay que trabajar con socios que de verdad buscan soluciones ganar-ganar y que piensan en el bienestar de los salvadoreños a largo plazo. Amigos como nosotros, que planteen proyectos y programas que busquen el desarrollo sostenible ahora y mañana. Estoy aquí hoy para decirles que Estados Unidos es un socio confiable y leal.
No hay duda de que cuando hemos enfocando nuestros esfuerzos en las metas que compartimos, hemos alcanzado grandes logros, en beneficio de nuestros dos países.
El Salvador se encuentra en un momento único en su historia. Un momento con inmenso potencial para generar un verdadero cambio en el rumbo de este país, y nos llena de orgullo ser uno de los socios que impulsa muchos de los cambios positivos de El Salvador. Quiero felicitar al equipo de MCC y de Fomilenio II por haber sido y continuar siendo parte de estas transformaciones. No tengan duda de que el trabajo que ustedes hacen cambia vidas.
Como Embajador de los Estados Unidos aquí, mi deseo es que continuemos a su lado, lado a lado, paso a paso, acompañándolos en la noble misión de construir un país donde todos sus ciudadanos puedan tener una vida digna, donde la justicia prevalezca y donde puedan hacer realidad todos sus sueños.
Muchas gracias.